Inicia por fijarte una hora para ir a la cama y luego comienza a preparar el sueño retirando los estímulos que evitan caer dormido, o que te despiertan durante la noche. Intenta respetar este horario durante el mayor número de días de la semana que puedas. Mínimo 7 horas diarias es lo que muchas personas necesitan. Sin ese número de horas, se acumula el cansancio y con el tiempo aparece la fatiga. También, se necesita ese número de horas para conseguir períodos cortos de sueño REM, realmente reparador. Es normal que durante el sueño despertemos varias veces y volvamos a dormir.
Como con cualquier hábito que requiere cambios, necesitas concentrarte en el esfuerzo, ayudarte con una alarma, con avisos pegados en las paredes y puertas, de cualquier manera, que te recuerde hacer algo que no estás acostumbrado a hacer y cuando tengas oportunidad, duerme al menos 1 hora más.