Es un hecho que cuando las toxinas se acumulan en nuestro cuerpo provocan problemas de salud. Ahora más que nunca estamos expuestos a tóxicos del aire, del agua y todo lo que ingerimos: desde alimentos contaminados, pasando por alimentos “ultraprocesados” hasta medicamentos y productos de belleza e higiene. (1)
Es evidente que nuestro cuerpo procesa constantemente una alta carga de tóxicos externos, que se suman a una gran cantidad sustancias internas como hormonas y otros productos de las células.
El ser humano ha fabricado más de 200.000 sustancias y liberado miles de millones de kilos de ellas en el ambiente cada año. Muchas de ellas entran a nuestro organismo sobrecargando las vías de eliminación y desorientando otras reacciones metabólicas naturales. Incluso, algunos tóxicos se posan -y se camuflan- en los receptores de nuestras hormonas, engañando al cuerpo y causando enfermedad.
¿CÓMO ELIMINA NORMALMENTE EL CUERPO LAS TOXINAS?
En el hígado sucede gran parte de la neutralización (detoxificación) de sustancias propias o extrañas. Allí tienen lugar varios procesos enzimáticos que se pueden agrupar en dos fases consecutivas: “Fase I y Fase II”. En la primera se inactivan los tóxicos, y en la segunda fase se acoplan a sustancias que las hacen solubles, de esta forma pueden viajar al exterior por la bilis, la orina y el sudor.
Esta es la esencia, en términos bioquímicos, de lo que llamamos reacciones de desintoxicación: una secuencia de 2 fases, la primera para activar y para biotransformar, y la segunda para conjugar y para hacer soluble una molécula extraña expulsándola sin peligro. En todas las reacciones se gastan nutrientes, y en nuestro cuerpo, a mayor cantidad de tóxicos, mayor necesidad de nutrientes.
¿Qué fenómenos ocasionan un aumento de la toxicidad?
Al menos 3 fenómenos están detrás de una alta toxicidad:
- Un consumo excesivo de toxinas, que ocupan las vías de eliminación, aumentando los niveles de hormonas y otras sustancias normales, creando un exceso artificial de ellas.
- Una deficiencia de algunos nutrientes, hace más lentos los procesos de eliminación, reduciendo la evacuación de muchas toxinas.
- Una flora intestinal desequilibrada, pues las bacterias liberan de nuevo los tóxicos que ya vienen conjugados (y neutralizados) y nuestro cuerpo los absorbe nuevamente.
Todo esto puede ocasionar una toxicidad alta: por un exceso de exposición, o por algún defecto en la eliminación. Pero esta reacción con las toxinas sucede igual con los aditivos de la comida y con las hormonas y otras sustancias normales de una persona, es decir, es un destino común de muchísimas sustancias, propias y extrañas. (2)
¡Casi nada! Imaginemos la importancia de estas reacciones. Es trascendental que funcionen bien, a la velocidad requerida y sin atascos.
Nuestro organismo requiere, en condiciones normales, nutrientes que se consumen durante esas reacciones: vitaminas, antioxidantes, minerales y aminoácidos.
¿Qué compone la carga tóxica de nuestros organismos?
Una persona normal debe transformar sus propias sustancias y además una carga adicional de toxinas producidas por sus bacterias habitantes. Y a esto, sumémosle:
- Los medicamentos que tomamos
- Los tóxicos que vienen por el aire y entran por la respiración
- Los tóxicos que vienen en el agua
- Los aditivos que añadimos a la comida durante su producción
- Los plastificantes de los envases de la comida y las bebidas
- Los perfumes y otras sustancias extrañas de productos de limpieza que entran por la piel
El número de toxinas que debe procesarse es muy alto, y a veces, o nuestro cuerpo no cuenta con suficientes nutrientes disponibles para que esas reacciones funcionen correctamente, o alguna vía se bloquea, o las toxinas que ya están por salir vuelven a absorberse.
Imaginemos entonces, un exceso de toxinas circulantes haciendo turno para entrar al primer proceso, o un lote de estas moléculas activadas haciendo daño porque no se antioxidan o neutralizan, o una carga de moléculas tóxicas recién conjugadas que no salen apropiadamente por el sudor, la orina o las heces.
En estos casos, nuestras células se exponen más de lo debido a las toxinas. Ocurre entonces lo que llamamos daño por toxinas o toxicidad.
Para evitar el daño necesitamos mejorar estos procesos para regresar al equilibrio, ya sea bajando la exposición a todas estas toxinas propias o ajenas o mejorando los mecanismos de eliminación. O ambas cosas.
La relación con las enfermedades:
Algunos estudios han sugerido una asociación entre la incapacidad del cuerpo para transformar adecuadamente las toxinas, (como sucede cuando los mecanismos para desintoxicar no funcionan correctamente) y el síndrome de fatiga crónica, la fibromialgia y las múltiples sensibilidades químicas: inflamaciones, alergias, dolores, etc. (3)
Algunas investigaciones también sugieren que los síntomas neurológicos crónicos, como los de la enfermedad de Parkinson, se agravan por la toxicidad. También se ha encontrado un vínculo entre la falta de detoxificación correcta y ciertos tipos de cáncer. (4)
Con una carga tóxica alta también aumenta la producción de radicales libres y se acelera la probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas. La toxicidad nos enferma. Para no hablar del vínculo entre la toxicidad mental y emocional y diversas enfermedades, que requeriría un tratado aparte. (5)
Una alta carga tóxica, o unos mecanismos de desintoxicación subóptimos pueden estar en la base de muchas afecciones comunes. Algunas muy serias.
¿A quién le sirve una detoxificación?
Mejorar la capacidad de desintoxicarse de manera permanente le sirve en principio a todas aquellas personas que tienen las siguientes condiciones o preocupaciones de salud:
- Una enfermedad crónica
- Sobrepeso
- Fatiga constante
- Síntomas de cualquier clase, persistentes o inespecíficos
- Una medicación permanente
- Un cáncer
- Consumo de alimentos ultraprocesados, o de productos de higiene y belleza
- Personas con envejecimiento acelerado
- Problemas hormonales
Eliminar las toxinas del cuerpo desempeña un papel trascendental en la reducción de síntomas y enfermedades crónicas.
3 INTERVENCIONES CLAVE PARA REDUCIR Y ELIMINAR LA TOXICIDAD
Cualquier persona puede seguir estos consejos por su cuenta, dado que ninguna de las medidas propuestas en este plan representa un riesgo para la salud (o para el bolsillo).
Este programa se enfoca en:
- Cambio de hábitos
- Suplencia de nutrientes esenciales
- Una dieta antioxidante
Estas recomendaciones las han seguido cientos de pacientes a lo largo de 15 años en la práctica médica con resultados asombrosos. Tómate tu tiempo y pon en práctica al menos unas de ellas.
CAMBIOS DE HÁBITOS
Con las siguientes 18 recomendaciones evitarás y empezarás a remover toxinas desde el primer día. No es necesario hacer todos los cambios al mismo tiempo.
-
- Evita el exceso de exposición a petroquímicos ambientales (los exhostos de los carros, el lavado en seco, los productos de jardinería) (6,7)
- Limpia los sistemas de calefacción y de gas, buscando controlar el monóxido de carbono (8)
- Bebe agua filtrada por ósmosis reversa o filtros de carbón activado (9)
- Aumenta el flujo linfático con el ejercicio regular, el yoga y el masaje linfático (o el simple uso regular del estropajo en la ducha)
- Facilita las funciones excretoras: buscando llegar a 1 o más deposiciones diarias, tomando 6 a 8 vasos de agua, sudando regularmente durante el ejercicio o tomando baños de vapor en saunas o baños de aguas termales
- Ventila bien todos los espacios regularmente, e instala filtros y ionizadores HEPA/ULPA para reducir el polvo, el moho, los compuestos orgánicos volátiles y otras fuentes de polución ambiental dentro de los espacios cerrados
- Aumenta la población de plantas verdes y de cactus en casa (algunas son especialmente útiles) (10, 11)
- Reduce o elimina el uso en casa de productos tóxicos de limpieza y de higiene personal (desodorantes a base de aluminio, antiácidos, cremas y limpiadores, utensilios de cocina con antiadherentes, ollas de aluminio, etc. (12, 13)
- Consume alimentos orgánicos para evitar la exposición a pesticidas petroquímicos, herbicidas, fumigantes, hormonas, antibióticos, ceras, colorantes y preservantes. (14)
- Reduce la exposición a metales pesados: bajando el consumo de grandes depredadores como el mero y el atún, de otros pescados de ríos contaminados, de agua contaminada y la exposición a pintura con plomo, productos que contengan timerosal, etc.
- Identifica y remueve alergenos de la dieta y del ambiente.
- Trata las infecciones intestinales y la disbiosis, a menudo una fuente importante de endotoxinas (disbiosis es el desequilibrio de la flora intestinal) (15)
- Programa el retiro escalonado de las amalgamas de mercurio de la boca. (16)
- Evita el consumo de todo alimento procesado: paquetes, salsas, condimentos, embutidos, bebidas empacadas, dulces, galletas, comida chatarra, pues todos estos causan oxidación y enfermedades. (17)
- Evita la exposición al plástico, cambiando los implementos de conservación de alimentos, las botellas de agua, los empaques, juguetes y otros elementos plásticos en tu hogar y tu lugar de trabajo.
- Evita la exposición al humo de cigarrillo (18)
- Reduce los viajes en avión (19)
- Limita el consumo de medicamentos a los estrictamente necesarios.
SUPLENCIA DE NUTRIENTES ESENCIALES
Esta segunda intervención, no es otra cosa que aumentar el nivel de algunos nutrientes que podrían estar haciendo falta para el correcto funcionamiento de los procesos metabólicos Fase I y Fase II del hígado para detoxificar.
No es necesario tomarlos todos, se puede comenzar con 2 o 3 por 1 mes y, si hiciera falta, repetir 1 vez cada año.
- Acido Alfa-Lipoico, 100 a 600 mgrs diarios
- Aminoácidos (Taurina, 500 mgr 2 veces al día, Glicina, 500 mgrs 2 veces por día)
- Vitaminas del Complejo B (100 mgrs y 100 mcrs, 3 veces al día)
- Bioflavonoides en cualquier concentración
- L-Carnitina, entre 1,000 y 3,000 mgrs al día, repartidos en 2 o 3 dosis
- Una fórmula de un multimineral y multivitamínico potente diariamente
- Ácidos grasos esenciales para aumentar la Glucuronidación
- Vitamina C (en buffer con ascorbatos minerales) en polvo, cápsulas o tabletas durante los períodos de detoxificación más intensos. De 1,000 a 12,000 mgrs diarios
- Silimarina, 70 a 120 mgr diarios
- Carotenoides mixtos, entre 15,000 y 25,000 U diarias
- Molibdeno, 50 a 200 mcg diarios
- N-Acetilcisteína, 500 a 1,000 mgr diarios
- Selenio, 200 mcg día (mejor como seleniometionina)
- Zinc, 30 a 50 mgr diarios
- Probióticos, mínimo 1012 UFC al día por 5 días
DIETA ANTIOXIDANTE: ALIMENTOS A ELIMINAR O REDUCIR
Lo que proponemos es que, por unos 7 días al menos, evites algunos alimentos específicos, normalmente los alimentos más oxidantes o inflamatorios como el trigo, los lácteos, el azúcar y el alcohol.
Durante este proceso evita toda clase de alimentos procesados y consume solo alimentos frescos, de la mayor variedad de colores posible. Si no logras encontrar alimentos orgánicos, en lo posible evita alimentos procesados y especialmente ultraprocesados.
Clasificación de los alimentos de acuerdo a su nivel de procesamiento (20)
GRUPO | EXTENSIÓN Y PROPÓSITO DEL PROCESAMIENTO |
EJEMPLOS |
---|---|---|
Sin procesar o mínimamente procesados |
Sin procesamiento, o principalmente procesos físicos utilizados para lograr que un alimento natural sea más durable, accesible, conveniente, delicioso o seguro |
Versiones frescas, refrigeradas, congeladas o empacadas al vacío de vegetales, frutas, hongos, raíces o tubérculos; granos (cereales) en general; legumbres frescas, congeladas o deshidratadas; frutas deshidratadas y jugos de fruta al 100% y sin endulzar; nueces y semillas naturales (sin sal); carnes, aves y pescados frescos, refrigerados o congelados; leche fresca y pasteurizada y leche fermentada como el yogurt natural; huevos; tés, cafés e infusiones herbales, agua de la llave y agua de manantial envasada |
Ingredientes culinarios y de la industria alimenticia procesados |
Extracción y purificación de componentes de alimentos enteros, para producir ingredientes que se van a usar para preparar platos a partir de alimentos del primer grupo en casas y restaurantes tradicionales, o en las fórmulas industriales para los alimentos del tercer grupo |
Aceites vegetales, margarina, mantequilla, crema de leche y manteca; azúcar, edulcorantes en general; sal; almidones, harinas y pasta o fideos “crudos” (que se preparan con la adición de agua solamente); e ingredientes que no se venden directamente al consumidor, incluyendo fructosa de alta densidad, lactosa, proteínas de soya y de leche, gomas, preservantes y aditivos cosméticos |
Productos alimenticios ultra procesados |
Procesamiento de una mezcla de ingredientes del segundo grupo o el primer grupo para crear productos durables, accesibles, convenientes y palatables, listos para comer o para calentar, que puedan consumirse como meriendas o postres o para reemplazar platos hechos en casa |
Panes, bizcochos (galletas), ponqués y pasteles; helado; mermeladas (conservas); frutas enlatadas en jarabes; chocolates, dulces (confecciones), barras de cereal, cereales de desayuno con azúcar añadido; chips, soplados; salsas; productos de snacks saborizados o endulzados; quesos; bebidas de leche o de frutas azucaradas y colas azucaradas o “cero calorías” y otras bebidas gaseosas; platos de pasta o pizza congelada; recetas de carne, aves, pescado o vegetales congeladas; carnes procesadas, incluyendo nuggets de pollo, hot dogs, salchichas, hamburguesas o croquetas de pescado; sopas enlatadas o deshidratadas, caldos y sopas de fideos, carnes saladas y pescados salados, curados o encurtidos; vegetales enlatados o envasados en salmuera, pescado enlatado en aceite; fórmulas para bebés, leches de reemplazo, comida para bebés |
Nota: estas listas no incluyen bebidas alcohólicas. La lista por supuesto puede aumentarse, especialmente en el grupo 3
DIETA ANTIOXIDANTE: ALIMENTOS A AUMENTAR
Esta tercera intervención es el cambio de alimentación añadiendo alimentos como los siguientes: (21, 22)
- Uvas, frutillas y cítricos, fuentes de bioflavonoides (que son antioxidantes potentes)
- Raíz de Bardana y de Diente de león para ayudar al hígado en la detoxificación y también para aumentar la producción de orina y sudor (23)
- Apio para aumentar el flujo urinario (24)
- Plantas de hoja oscura que aportan clorofila (25)
- Cilantro para ayudar a remover metales pesados (importante en muchos casos de enfermedad crónica, y también en casos de hipertensión) (26)
- Vegetales crucíferos, que aportan compuestos azufrados (de ahí su mal olor) necesarios para muchas reacciones de conjugación (repollo, brócoli, tallos o coles, repollitas de Bruselas) al menos 1 taza diaria (27)
- Cúrcuma y curry (28)
- Cáscaras de limón y los aceites y las semillas de alcaravea y eneldo, alimentos fuente del monoterpeno limoneno, que aceleran la glucuronidación de hormonas y muchos medicamentos (29)
- Zanahoria, apio, cilantro, perejil, remolacha y jengibre (en zumos o extractos de vegetales frescos), 1 al día
- Ajo, varios dientes al día (30)
- Té verde, que acelera la detoxificación del hígado (aumenta las enzimas GST)
- Proteínas que contengan azufre, como las que se encuentran en los huevos, el suero, el ajo y las cebollas
- Fibra (31)
- Pycnogenol de la semilla de uva. Es un poderoso antioxidante que puede proteger contra los subproductos tóxicos que se producen durante la detoxificación
- Romero pues contiene carnosol, un potente potenciador de las enzimas de detoxificación
- Tés herbales que contengan una mezcla de algunas de las siguientes plantas: bardana, diente de león, jengibre, regaliz, sarsaparrilla, cardamomo, canela y otras hierbas
¿Existen dificultades para seguir este plan?
Durante los primeros días es posible que notes algunos antojos de alimentos, especialmente de azúcares y otros carbohidratos. Pueden ser sustancias adictivas, y pasarás por un corto “síndrome de abstinencia”. Sigue adelante. Se quitará en pocos días.
También puedes experimentar un poco de cansancio, que es normal durante el proceso pero por lo general desaparece en uno o dos días. Necesitarás más tiempo para descansar y dormir. Realiza ejercicio durante 30 minutos al día y haz que te de el sol: esto ayudará a aumentar tu energía.
Durante los siguientes días notarás algunos cambios favorables en tu cuerpo:
- Tu “energía” comenzará a aumentar
- Te sentirás “más ligero”
- Podrás notar que los dolores articulares se reducen
- La sensación de fatiga y cansancio frecuente bajará
- Es probable que pierdas peso y te sientas menos hinchado (o inflamado)
- Tu estado de ánimo seguro mejorará
- Notarás que duermes mucho mejor
Esto sucede porque estás ayudando a tu cuerpo a funcionar con una carga menor de toxinas y de alimentos inflamatorios.
Una vez que hayas completado tu desintoxicación, el proceso de reintroducción de alimentos es tan importante como la fase de eliminación, ya que es cuando puedes encontrar qué alimentos te provocan síntomas. Es aconsejable reintroducir un alimento a la vez y darle dos o tres días para ver cómo te sienta, antes de agregar otro más. Te sorprenderá lo que aprendas en el proceso.
En general, las personas que vuelven de un sofisticado plan de desintoxicación relatan que desde los primeros días sintieron el cambio en sus cuerpos.
Cualquiera que siga al menos una mínima parte de lo recomendado en este libro sentirá un cambio en su vida.
No hace falta esperar a que la salud se haya deteriorado del todo, o que sobrevenga una enfermedad seria, para comenzar a practicar estas tres intervenciones, parcialmente o por completo.
Referencias:
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