Cuando la mucosa gástrica está erosionada, el estómago pierde su revestimiento, provocando ardor y problemas gastrointestinales.
Unos alimentos que consumimos a diario pueden dañar el revestimiento de la mucosa gástrica y otros ayudar a repararla. Evitar algunos alimentos y bebidas, y comer otros puede entonces ayudar a resolver el problema.
Esta dieta se parece a la que suponemos comía el hombre prehistórico, con las variaciones propias de las mediterráneas antiguas: por eso esta guía alimenticia se conoce también como paleo-mediterránea.
Los alimentos desencadenantes pueden variar de persona a persona. Llevar un diario de alimentos durante una semana te ayudará a identificar exactamente qué alimentos provocan dolor, acidez, gases, reflujo, entre otros síntomas relacionados. La dieta que te proponemos debe hacer efecto desde el comienzo.
Los siguientes alimentos tienden a ser inflamatorios para la mucosa gástrica y debes evitarlos en general:
- Alimentos procesados, ultra-procesados y paquetitos
- Alimentos con alto contenido de gluten
- Alimentos lácteos
- Alimentos ricos en azúcar
Cuando la mucosa gástrica deja de recibir esa clase de alimentos, comienza su proceso de recuperación.
Los efectos del cambio deberán ser evidentes en dos semanas. No obstante, cada persona procesa los alimentos de una manera diferente, así que es importante anotar todas las reacciones que observas en tu organismo para ir ajustando el contenido de la dieta a tu individualidad bioquímica.
Esta es la guía básica para seguir la dieta :
Proteína | Evitar toda carne procesada: salchichas, jamones, tocino. Comer la versión más natural posible de pollo, pavo, pescado, marisco, cordero, conejo, huevos y aún así en pequeñas cantidades |
Productos lácteos y alternativas a ellos | Evitar todo producto lácteo. Se permiten las alternativas a los lácteos: coco, cáñamo, arroz, avena, almendras hechas en casa (para evitar los azúcares añadidos) y los lácteos de cabra |
Grasas y aceites | Evitar todos los aceites no extraídos en frío. Se permiten extraídos en frío: oliva, linaza, coco, aguacate, aceites de nueces y ghee (mantequilla clarificada) |
Nueces y semillas | Evitar el maní y el marañón (cajuíl). Consumir coco, semillas de chía, linaza, almendras, nueces de Brasil, nueces de nogal, castañas, avellanas, pecanas y preparados de nueces (quesos, mantequillas, leches) |
Vegetales sin almidón | Consumir todos: recuerda en especial el perejil, el ajo y el apio. Evita por un mes las solanáceas, como tomate, pimentón y berenjena |
Vegetales de almidón | Evitar todos, especialmente papa, yuca, plátano, arracacha, y otros con contenido alto de azúcares como la remolacha y la zanahoria |
Legumbres | Consumir todas en pequeñas cantidades, después de remojarlas por 1 o 2 días |
Frutas | Consumir todas. Incrementar su consumo hasta que ellas sean una cuarta parte de la comida diaria. |
Granos | Evitar todas las fuentes de gluten: productos con trigo, cebada y centeno. Optar por la quinoa, mijo, amaranto, teff, avena, tapioca, arroz integral, maíz y sorgo |
Hierbas y especias | Evitar condimentos industriales (cubitos y aderezos). Consumir toda especia pura, fresca o seca |
Bebidas | Evitar el café, el té negro y el alcohol. Consume agua, tés herbales descafeinados, agua de seltzer, agua mineral, jugos diluidos en agua y jugos o zumos vegetales |
Edulcorantes | Evitar edulcorantes artificiales. Usar muy poco: stevia, xilitol, jarabe de arroz integral, miel de arce, endulzante de frutas |
Miscelánea | Consumir caldos, alimentos fermentados o cultivados, vinagres (todos menos vinagre blanco) y chocolate amargo. Una copa de vino tinto en ocasiones |