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Esta es la Dieta Mito Neuroprotectora.

Este plan se centra en el apoyo a las mitocondrias sanas a través de la utilización de alimentos terapéuticos que mejoran la producción de energía.

¿Cuales son los elementos de una Dieta Mito?

  • Sin gluten
  • Baja en granos
  • Anti-inflamatoria
  • De bajo índice glicémico
  • Grasas de alta calidad  

Las mitocondrias son estructuras de la célula que producen energía mediante el uso de oxígeno y nutrientes de los alimentos.  El cerebro, el corazón, los nervios, los músculos y todos los demás órganos tienen todos muchas mitocondrias.  Estas partes del cuerpo también son las más susceptibles a una disminución prematura de la función causada por una multitud de problemas muy comunes. La elección de alimentos nocivos puede contribuir a este descenso, lo que lleva a una mala salud crónica y a la aparición de la enfermedad.

El Plan de Alimentos Mito apoya a su cuerpo en la producción de energía, restaura su vitalidad, y le ayuda a utilizar los alimentos para apoyar un proceso de envejecimiento saludable.  

La lista de alimentos Mito puede prevenir el desarrollo de la enfermedad neurológica crónica, ayudando a la gente a elegir los alimentos específicos que mejoran la función mitocondrial.

La guía más simple para hacer esta dieta es:

Alimentos Terapéuticos para Energía:  

La energía se crea en las mitocondrias a partir de los macronutrientes como las proteínas, las grasas y los carbohidratos, y también si hay vitaminas B, coenzima Q10 (CoQ10) y antioxidantes.

Anti-oxidantes Protectores:  

Producir energía depende del oxígeno, pero este causa oxidación en las células. Para prevenir la oxidación se necesita consumir nutrientes, enzimas y vitaminas con funciones anti-oxidantes (ver cuales son más abajo). 

Nutrientes Anti-Inflamatorios:  

  • Vegetales
  • Frutas

Entre 8 y 10 porciones diarias de vegetales y frutas de todos los colores aporta una buena cantidad de fitonutrientes, minerales y vitaminas anti inflamatorias. 

Grasas de Alta Calidad:  

  • Aguacate
  • Pescados grasos
  • Huevos orgánicos
  • Aceite de coco
  • Aceite MCT
  • Aceite de oliva

La DHA que se encuentra en las algas marinas, el pescado de agua fría y las yemas de huevos orgánicos y los Triglicéridos de cadena mediana que se encuentran en aceites como el de coco y otros aceites saludables, son esenciales para alimentar el cerebro (1). 

Otras algas:

  • Spirulina
  • Chlorella

Restricción Calórica y Ayuno Intermitente:  

  • ayunos de 12-16 horas
  • vegetales (crudos) que suman 600 calorías durante 24 horas

El funcionamiento del cerebro (2), la longevidad y un envejecimiento más saludable (3) se mejoran al restringir el consumo de calorías (entre un 20 y un 30%) y también al ayunar por períodos cortos de manera intermitente. Coma vegetales que sumen hasta 600 calorías en un día de 24 horas, o sáltese un desayuno cada 1, 2 o 3 semanas. 

Carbohidratos Mínimos y Opción Cetogénica:  

  • reemplazar carbohidratos por grasa de calidad y proteína

Una dieta cetogénica consiste en muy pocos carbohidratos, más proteínas y muchas más grasas. Esta opción es espacialmente buena para casos de Epilepsia (4), Esclerosis Múltiple (5), ELA (6)  y Tumores Cerebrales (7). 

Bajo Efecto Glicémico:  

  • eliminar alimentos de alto IG

Reducir el consumo de cereales y fuentes de carbohidratos procesados detiene el avance del Alzheimer, pues reduce la inflamación causada por la insulina y la disfunción de las mitocondrias (8)

Sin Gluten y Bajo en Cereales:  

  • eliminar granos y productos hechos de ellos: trigo, arroz, avena, cebada, centeno
  • mejor opción: quinoa o amaranto

Eliminar el gluten de la dieta elimina la inflamación de la barrera intestinal y reduce también la inflamación en el cerebro. Reducir los carbohidratos de los cereales también ayuda a conseguir el efecto cetogénico en la dieta (9).

Resumiendo esta dieta, sigue esta guía sencilla por grupos de alimentos:

Las fuentes de proteínas terapéuticas son: el salmón silvestre de Alaska, la caballa, las sardinas, el cod, las carnes de venado y las de cordero, res o búfalo alimentados con pasto. 

Las alternativas a los lácteos como la leche de coco natural y el yogurt de leche de coco son terapéuticas. Otras leches de nueces son buenas también, preferiblemente hechas en casa. 

Entre las nueces y semillas están las de almendras, nueces de Nogal y del Brasil, el coco, la linaza, las semillas de chía, las de alforfón, las de calabaza y sus respectivas mantequillas o pastas.

De los aceites y grasas, come aguacate, aceitunas, aceite de oliva extra virgen prensado en frío y otros aceites como el de linaza, el de coco, la leche de coco, el ghee (o mantequilla clarificada), y la mantequilla y la leche de vacas alimentadas sólo a pasto. Incluya también nueces y semillas. 

Los vegetales terapéuticos de esta dieta son la espinaca, el brócoli y todas las otras crucíferas (coliflor, col morado, blanco y rizado, col de bruselas), las algas marinas, el espárrago, la acelga, el rábano daikon, las hojas de la remolacha, del diente de león, la candia, las cebollas (rojas, blancas, largas o puerro), los vegetales fermentados y los germinados. 

De las frutas, prefiere las de bajo índice glicémico como la manzana, las blueberries (arándanos), moras, frambuesas, fresas, (y todas las demás frutillas que conozca), la uchuva y la cereza, el limón, las uvas, y la granada

De los cereales, prescinda si puedes y si no, considera no pasarte de una porción diaria (unos 15 gramos). Preferir la quinoa y como segunda opción el arroz integral

Bebe té verde de preferencia, o cualquier bebida con hierbas, especialmente las adaptógenas como el cordyceps, la schizandra, el ginseng, el astrágalus y el regaliz.

También puedes incluir café (sin leche ni dulce), té negro y blanco, yerba mate y ginkgo biloba.

Evita los edulcorantes y si necesitas sentir el dulce, use la stevia más natural que encuentres.

 

Referencias:

Putti, R., Sica, R., Migliaccio, V., & Lionetti, L. (2015). Diet impact on mitochondrial bioenergetics and dynamics. Frontiers in physiology, 6, 109. https://doi.org/10.3389/fphys.2015.00109

Solianik, R., Sujeta, A., Terentjevienė, A., & Skurvydas, A. (2016). Effect of 48 h Fasting on Autonomic Function, Brain Activity, Cognition, and Mood in Amateur Weight Lifters. BioMed research international, 2016, 1503956. https://doi.org/10.1155/2016/1503956

Herfarth, H. H., Martin, C. F., Sandler, R. S., Kappelman, M. D., & Long, M. D. (2014). Prevalence of a gluten-free diet and improvement of clinical symptoms in patients with inflammatory bowel diseases. Inflammatory bowel diseases, 20(7), 1194–1197. https://doi.org/10.1097/MIB.0000000000000077