2 minutos

PARA 4 PERSONAS

Las habichuelas amarillas son extraordinariamente tiernas. Te sugerimos que hagas un esfuerzo por encontrarlas, porque contribuyen a mejorar la textura y el aspecto general del plato, aunque puedes sustituirlas, tal como te proponemos.

INGREDIENTES:

  • 280 g de habichuelas amarillas sin puntas ni hilos (si no las encuentras duplica la cantidad de habichuelas verdes)
  • 280 g de habichuelas verdes sin puntas ni hilos
  • 2 pimentones rojos cortados en tiras de 5mm
  • 3 cucharadas de aceite de oliva, más 1 cucharadita para los pimientos
  • 3 dientes de ajo cortados en rodajas finas
  • 50 g de alcaparras lavadas y escurridas
  • 1 cucharadita de semillas de comino
  • 2 cucharaditas de semillas de cilantro
  • 4 cebollas largas cortadas en rodajas finas
  • 10 g de estragón picado
  • 20 g de hojas seleccionadas de perifollo (o una mezcla de eneldo y perejil)
  • Ralladura de la piel de 1 limón
  • Sal marina y pimienta negra

PREPARACIÓN:

Precalienta el horno a 220°C.

Calienta abundante agua en una olla grande y, cuando rompa el hervor, añade las habichuelas amarillas. Al cabo de un minuto, agrega las habichuelas verdes y hierve durante 4 minutos más, o hasta que estén bien cocidas pero todavía crujientes. Enfría con agua fría, escurre, seca y reserva en una fuente grande.

Mientras se cuecen las habichuelas, unta los pimientos con una cucharadita de aceite de oliva y extiéndelos en una bandeja de horno para hornearlos durante 5 minutos o hasta que estén tiernos. Retira y añadir a la fuente con las habichuelas hervidas.

Calienta las 3 cucharadas de aceite de oliva en un cazo pequeño. Agrega el ajo y sofríe durante 20 segundos, añade las alcaparras ¡con cuidado, porque saltan! y friélas durante 15 segundos más. Vierte las semillas de comino y cilantro y sigue sofriendo otros 15 segundos más.

En ese momento, el ajo ya tendría que estar bien dorado. Retíralo del fuego y vierte enseguida los ingredientes del cazo sobre las habichuelas.

Mezcla y añade la cebolla tierna, las hierbas, la ralladura de limón, un tercio de cucharadita de sal marina y pimienta negra.

Sirve, o guarda en la nevera hasta el día siguiente. Conviene sacar la ensalada de la nevera con un poco de antelación para que esté a temperatura ambiente en el momento de consumirla.

 

Tomado el libro de cocina Jerusalén por Yotam Ottolenghi, 2012.