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Esta torta de harina de yuca, más bien, del afrecho de la yuca, es distinta de la que se prepara en el caribe y tiene un sabor más fuerte, igualmente delicioso.

Ingredientes

  • 1 arroba (½ “catumarado” o 25 libras) de yuca brava o yuca hecha
  • ½ de arroba (12,5 libras) de yuca murujui o pequeña

Preparación

  1. A la yuca brava se le raspa la tela negra que la recubre, pero sin pelar la cáscara. Luego se lava y se procede a rallar con todo y cáscara hasta obtener una masa. Esta se tapa con hojas de platanillo y se almacena en un tabique o batea.
  2. Las yucas pequeñas se meten en un catumare o canasto, y se sumergen en agua durante 3 días.
  3. El cuarto día se saca la yuca murujui y se mezcla con la masa almacenada en el tabique.
  4. Cuando la masa esté bien revuelta se lleva al sebucán con el propósito de exprimirla.
  5. Ya exprimida, la masa se pasa por el pilón y luego se cierne en un manar o cedazo hasta conseguir una harina fina.
  6. La harina se lleva a budare previamente calentando y se procede a extenderla y dándole forma aplanada con una paleta de madera, para obtener una arepa de tamaño grande que se asa durante 15 minutos, o hasta que dore. Luego se voltea con el fin de dorar al otro lado. La técnica para voltear la arepa grande de casabe consiste en meter la paleta de madera por debajo de la tostada, ayudándose con la otra mano para evitar que la arepa se parta.
  7. El casabe, cuando ya está dorado, se almacena en los zarzos de las viviendas indígenas