La alcachofa es el botón de una flor, que se cosecha justo antes de que abra. Se cocina, se le quitan las hojas y sólo se come el corazón que tiene un sabor increíblemente fino y dulce. Es un encanto de verdad que vale la pena conocer.
Vienen pequeñas o grandes, con pequeñas variaciones de sabor. Las pequeñas son un poquito más fáciles de pelar y cortar. Las venden preparadas, en frascos de conserva o por porciones, pero es mejor hacerlas uno mismo. Puedes comerlas solas, en conserva, salteadas, en sopa o preparar un arroz con trozos de ellas.
Ingredientes:
- 4 alcachofas
- vinagre
- 2 dientes de ajo
- 1 ramita de perejil
Preparación:
Hierve unas 4 alcachofas hasta que ablanden, en una olla con agua que las cubra o una olla de presión con menos agua. Cuando estén cocidas, sácalas del agua y espera a que enfríen antes de cortarles la punta a las hojas (como quien despunta la flor, desechando más de la mitad superior de las hojas). Corta estas flores mochas en cruz, para sacar cuatro pedazos. Quítales la pelusa del centro hasta dejar sólo corazón y hojas.
Agrégales un aderezo de vinagre blanco diluido en agua (mitad y mitad) con unos 2 dientes de ajo y una ramita de perejil picados o las hierbas frescas que prefieras. Mantenlas en la nevera. Son un tentempié o antojo delicioso, y pueden acompañar una sopa o una ensalada.