El estrés altera el sueño, impidiendo reparar el cansancio. Conseguir 30 respiraciones profundas al día ayuda a cancelar los efectos vasculares del estrés y permite un mejor descanso.
Controla los efectos del estrés aprendiendo a respirar, a meditar o con técnicas de relajación. Respirar superficialmente puede producir tensión y fatiga, en cambio, si respiras con tu diafragma se tiende a reducir el estrés y a mejorar tu energía.
Aprende la siguiente rutina de respiración:
1. Cuenta hasta 5 aspirando
2. Sostiene el aire contando hasta 3
3. Exhala despacio (que sea contando hasta 5)
Si este ritmo no te funciona, encuentra el tuyo hasta obtener una respiración fácil.
Inténtalo al menos 2 veces al día por unos minutos.
Referencias:
Richardson, K. M., & Rothstein, H. R. (2008). Effects of occupational stress management intervention programs: A meta-analysis. Journal of Occupational Health Psychology, 13(1), 69-93. http://psycnet.apa.org/record/2008-00533-007
Williams PG, Cribbet MR, Rau HK, Gunn HE, Czajkowski LA. The Effects of Poor Sleep on Cognitive, Affective, and Physiological Responses to a Laboratory Stressor. Annals of Behavioral Medicine 2013 08;46(1):40-51. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/23504562
Han, K. S., Kim, L., & Shim, I. (2012). Stress and Sleep Disorder. Experimental Neurobiology, 21(4), 141–150. http://doi.org/10.5607/en.2012.21.4.141