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Hoy en día existe mucha información contradictoria sobre las grasas saturadas y el colesterol.  Mientras algunos expertos dicen que las grasas saturadas nos matan y hay que comer todo en versión light, otros dicen que las grasas (saturadas e insaturadas) son parte vital de una dieta sana.

Síntesis:

1. El aceite de coco y la grasa saturada tienden a bajar el nivel de insulina y aumentar el colesterol bueno, lo que nos protege de la diabetes y enfermedades cardiovasculares. (1)

2. No es el colesterol alto en sí el culpable: si tienes un HDL (colesterol bueno) y un LDL (colesterol malo) alto no hay problema.

3. Lo más esencial es entender que la grasa no es el enemigo, el azúcar y los carbohidratos refinados lo son. 

Primero, constatemos que las enfermedades como el colesterol alto, enfermedades cardiovasculares, diabetes e hipertensión, no existían antes de la comercialización y la refinación de los alimentos.

Ninguna población tradicional sufre altas tasas de mortalidad a causa de estas enfermedades.  Si bien la genética juega cierto papel en esto, son las decisiones alimenticias que tomamos a diario las que nos dan el poder de fortalecer o debilitar nuestros genes.  Aún si tus ancestros sufrieron cáncer o de diabetes, tu “destino” no es morir de lo mismo.  Puedes comer y vivir de una manera que disminuya en gran medida tu riesgo.

Es verdad que el aceite de coco contiene entre 80% y 90% de grasa saturada, como también es verdad que la grasa saturada aumenta el colesterol.  El punto importante es que el aceite de coco es una grasa completamente natural y que aumenta el colesterol total, no sólo el colesterol malo.

Entonces, llegamos al problema siguiente: no es el colesterol alto en sí el culpable: si tienes un HDL (colesterol bueno) y un LDL (colesterol malo) alto no hay problema.  Es si tienes un HDL bajo y un LDL alto que estás en la categoría de riesgo.  Eso quiere decir que la ratio entre los dos importa más que el nivel en sí.  Además, importa la talla del colesterol: el colesterol grande y mullido no posee problema, pero el colesterol de talla pequeña y densa sí.

De este modo, requerimos los dos tipos de colesterol para estar sanos ya que los dos tienen roles vitales en el cuerpo.  Lo que necesitamos son niveles suficientes de colesterol protector o HDL para mantener una buena salud.

El aceite de coco y la grasa saturada tienden a bajar el nivel de insulina y aumentar el colesterol bueno, lo que nos protege de la diabetes y enfermedades cardiovasculares.

¿Y qué baja el HDL o colesterol protector?  El azúcar y los carbohidratos refinados, la grasa vegetal procesada y una dieta en la cual la grasa saturada está reemplazada por los carbohidratos simples y los azúcares.  Recordemos igualmente que la grasa sí puede ser mala en un contexto específico: al combinarla con azúcares y carbohidratos refinados.  Eso quiere decir que la mantequilla sobre una tajada de pan o en una torta no es igual a unos vegetales salteados en mantequilla.

Concluimos que la grasa saturada no es el problema en una dieta suficientemente alta en grasas omega 3, con ausencia de azúcar y carbohidratos refinados.

Entonces, la comida procesada, las gaseosas, los postres y los aceites vegetales hidrogenados con altos índices de omega 6 son los alimentos a los cuales hay que ponerles un alto (2).

Aunque para muchos puede sonar raro, comerse unos huevos revueltos con una porción de fruta y una arepa artesanal al desayuno es una opción mucho más sana que unos cereales (hechos de harina refinada con adición de azúcar) que se promueven como light con una tajada de pan blanco y leche sin grasa.  Recordemos, que detrás de esas cajas de cereales se encuentran gigantes empresas de alimentos que viven de vender sus productos sin importar la salud de los consumidores.

No existe ningún estudio que descubra que el colesterol alto en sí está ligado a las enfermedades listadas anteriormente, es la ratio entre el HDL y LDL lo que cuenta.

Con esta constatación llegamos al problema siguiente: muchas veces los exámenes de laboratorio no miden todo lo que necesitamos saber.  Por eso, la próxima vez pregunta por un test que mida la talla de las partículas la cual cuenta el nombre total de ellas.

Si tu nivel de colesterol es alto, pero la ratio entre HDL y LDL está en orden y la talla de las partículas está grande, no estás en riesgo de tener una enfermedad del corazón.

Lo más esencial es entender que la grasa no es el enemigo, el azúcar y los carbohidratos refinados lo son.

Lamentablemente la ciencia muchas veces no es imparcial como debería, por lo que las investigaciones pueden ser pagadas por grandes compañías que tienen todo que perder en ventas si se devela que el azúcar y los carbohidratos refinados son el problema. (3)

 

Fuentes consultadas:

“Is the American Heart Association a terrorist organization?” escrito por Kevin Michael Geary: (https://medium.com/@kevinmgeary/is-the-american-heart-association-a-terrorist-organization-f1c8c98d28ea)

“Coconut Oil – Are You Coco-Nuts to Eat It?” escrito por Mark Hyman, MD http://drhyman.com/blog/2017/06/26/coconut-oil/

“Fat: What I Got Wrong, What I Got Right” escrito por Mark Hyman MD http://drhyman.com/blog/2016/03/30/fat-what-i-got-wrong-what-i-got-right/

“The War On Cholesterol”  http://www.drperlmutter.com/war-on-cholesterol/

“A Functional Perspective on Diet and Cholesterol” por Chris Kresser https://kresserinstitute.com/functional-perspective-diet-cholesterol/