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Aquí se usa frijoles negros o rojos, tomate, cebolla y ajo. Ingredientes que de seguro ya tienes en la alacena.

Puedes preparar este plato cualquier día de la semana sin hacer un gran esfuerzo. Las cebollas en conserva son esenciales para su sabor. Los pimientos en vinagre son un buen sustituto. Si tienes un pimiento o un jalapeño o dos, córtalos y saltea con las cebollas.

Pero si quieres ser elegante, ralla por encima del plato un limón antes de exprimir los encurtidos y mézclalos con alguna crema agria.

Ingredientes:

Para las cebollas en conserva

  • 1 lima (o limón)
  • 1 cebolla roja, en rodajas finas
  •  una pizca grande de sal marina

Para el chili

  • Aceite de oliva, semilla de uva o aceite de linaza
  • 1 cebolla grande picada
  • 3 dientes de ajo, o al gusto, picados
  • 1 cucharadita de chili en polvo, o más al gusto
  • 1 cucharadita de orégano seco, o más al gusto
  • 400 gramos de frijoles, previamente remojados
  • 2 tomates cortados en cubitos con sus jugos
  •  Sal marina
  •  Cilantro fresco, aguacate cortado en cubitos y crema agria, para decorar (opcional)

Preparación

  1. Prepara las cebollas en conserva: exprime el jugo de un limón en un tazón y agrega la cebolla y la sal. Deja reposar mientras haces el chili
  2. Prepara el chili: calienta un sartén grande a fuego medio-alto. Agrega el aceite. Cuando esté caliente, agregue la cebolla y saltea hasta que se ablande, de 5 a 7 minutos. Agrega ajo, chili en polvo y orégano y saltea hasta que esté fragante, de 1 a 2 minutos más. Luego agrega frijoles, tomates y una pizca de sal marina y agua y deja hervir a fuego lento hasta que los tomates estén cocinados, unos 20 minutos
  3. Prueba y agrega un poco de sal al gusto, el chili en polvo y orégano al gusto. Sirve con las cebollas en conserva por encima y cualquiera de las guarniciones que desees
La receta original es mexicana y podría haberse originado en la colonia española del siglo XIX, pero ya se encuentra entre los trabajadores pobres de California en 1880, donde la carne, el chili piquín en polvo, la manteca y la sal se ponían a secar en ladrillos para luego hervirlos en un cazo con agua y fríjoles en cualquier fogón, dando origen a esta sopa espesa y picante.  Chile y chili son lo mismo: el ají.
Receta por Julia Gartland, publicada originalmente en The New York Times en 2017.