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Sin importar cuál aceite decidas usar, la recomendación óptima es que sea de extracción en frío.  Si un aceite vegetal no tiene color ni olor, lo más probable es que no sea saludable para ti, debido a que ha sido hidrogenado y transformado.

Esta transformación hace del aceite un alimento altamente refinado y muy alto en ácidos grasos omega 6 (que ya consumimos en exceso en la dieta moderna). Las grasas malas tienen esta procedencia y terminan siendo tóxicas para tu cuerpo produciendo inflamación y aumentando significativamente el riesgo en la diabetes y otras enfermedades como el cáncer.

Las grasas malas conocidas en el mercado son:

  • La reutilización del aceites
  • Fritos en exceso
  • Alimentos de paquetes
  • Grasas trans
  • Consumo excesivo de grasas de carnes rojas
  • Grasas provenientes de embutidos

Cuando consumes estas grasas malas las células no las procesan bien, las paredes de las mismas pierden su fluidez y se vuelven rígidas deteriorando su funcionamiento y el de los receptores celulares, causando resistencia a la insulina.

En cambio, existen grasas buenas que ayudan a mejorar la fluidez de la membrana para que el receptor de la insulina funcione adecuadamente (1).

Se les llama grasas poliinsaturadas, las cuales son fundamentales para nuestro organismo y ayudan a disminuir el colesterol malo, reduciendo el riesgo de enfermedades del corazón.  Estas grasas saludables incluyen omega-3 y omega-6; ácidos grasos esenciales que el cuerpo necesita para el crecimiento de las células y el funcionamiento del cerebro.  Nuestro organismo NO produce ácidos grasos esenciales, así que sólo se pueden obtener de los alimentos.

Las grasas buenas no engordan y juegan un rol importante en la dieta para curar la diabetes, y para comer saludable en general.

¿Dónde puedes encontrar grasas buenas?

Grasas buenas de fuentes variadas (2):

  • Semillas (girasol, amapola, calabaza, cáñamo, linaza, chía etc)
  • Aguacate.
  • Nueces variadas.
  • Aceites prensados en frío: aceite de oliva, aceite de coco o cualquier otro que sea prensado en frío.
  • Ghee (mantequilla clarificada)
  • Pescados altos en grasa: bagre, salmón, sardina, trucha, bacalao, anchoa, mejillones y atún.

Tu objetivo será remplazar las grasas malas por las buenas (las esenciales).

No temas añadir estas grasas porque no hacen engordar ni enferman y son un componente vital para el funcionamiento de tu cerebro.

Economiza siempre, y cocina en casa la mayor parte del tiempo, lleva esta lista de grasas buenas cuando vas a mercar.

 

Referencias:

Dietary intakes and food sources of omega‐6 and omega‐3 polyunsaturated fatty acids https://aocs.onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1007/s11745-003-1074-0

Esta recomendación se ha basado en estudios científicos del Institute for Functional Medicine (2014)