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Un día, atendiendo a un joven en el consultorio, llamaba la atención su madurez e inteligencia, realmente fuera de lo normal.  Su madre me explicó que esa inteligencia se la debía a la sopa del Dr. Jaramillo.  Recordé que antes de que existiera la leche Nido, en todas las culturas las madres han criado a sus hijos dándoles seno y coladas de distinto tipo: de plátano, de tinta de fríjol.  Cuando le pregunté a mi madre, me recordó los teteros con agua de panela.  

Descarga la preparación de la sopa aquí

Buscando en internet encontramos la receta, un secreto a voces compartido por cientos de miles de personas, quienes han tenido el valor y el buen juicio de alimentar así a sus bebés.  Todavía no conozco la primera queja.   

En el caso de mi hija, Angela Yunis, quien quedaba con hambre después de darle seno, empezó con 2 onzas al día, pero pronto ya se tomaba 10.  Entre los 6 meses y el año, sólo tomaba sopa, ya que se había destetado y no quería tomar más leche materna.  Sólo tomó sopa de alimentación complementaria hasta el día que se negó a tomarla más, al cumplir el año.  De bebé no conoció el cólico, la diarrea, la pañalitis, las alergias, los mocos, las gripas o la fiebre.

Dicho esto, hay muchas críticas sobre la sopa que parten de la base de que el Doctor Jaramillo está proponiendo que los bebés no reciban leche materna.  Nada más alejado de la realidad.  Los bebés deben recibir leche materna.  Toda la que produzcan sus madres.  Pero, cuando un bebé necesita algo más, porque su madre no produce suficiente, o porque ya es hora de introducir otros alimentos, la opción es esta sopa y no una leche complementaria.  Repetimos, sólo si se hace necesario darle algo más que la leche materna.

Es curioso que no haya críticas a la sopa del Doctor Jaramillo de parte de mamás y papás que se la han dado a sus hijos.

Se hace cocinando carnes, unos granos, unos cereales, unas verduras, unas hortalizas y licuando todo con unas frutas y unas fuentes de grasa vegetal saludable.  Se prepara diariamente y se guarda en la nevera, para darle en el biberón al bebé.   Todo bebé la tolera bien, desde el nacimiento, porque, como dice el propio doctor, nada indica que el aparato digestivo del bebé no esté maduro al nacer.  

Ingredientes:

  • 1 hoja de acelga
  • 1/2 tallo de apio
  • 1 tronquito de brócoli
  • 1 hoja de espinaca
  • 1 habichuela
  • 1 hojita de repollo o 1 repollita
  • 1 zanahoria pequeña
  • 1 cucharada de ahuyama
  • 1 cucharada de arroz integral, o de maíz, o de quinoa, o de avena
  • 1 diente de ajo
  • 12 alverjas
  • 1 cucharada de fríjol, o de lentejas, o de garbanzos, o de habas
  • ½ papa blanca, o 1 papa criolla
  • 1 trocito de carne de res (un dado de 3 cms de lado), o de ternera, o de pollo, o de conejo, o de cordero, o de hígado, o de pescado
  • la clara de 1 huevo
  • 1 trozo grande papaya
  • 1 trozo mediano de aguacate
  • 1 cucharada de linaza molida
  • 6 ciruelas pasas (opcional)

Preparación:

Cocina todo en 1 litro de agua, menos las frutas, el aguacate y la linaza, que se agregan al final a la licuadora.  Casi siempre queda con la consistencia de un puré.

Usa algunos de estos ingredientes a la vez: una sóla proteína animal, por ejemplo, o un grano, una legumbre y un cereal a la vez.  Según los que haya en casa ese día; añade ajo, pedazos de papaya, de guayaba, de mango, ciruelas pasas, coco, aceite de oliva, linaza molida o aguacate.

Guarda en la nevera en cualquier recipiente que no sea plástico, y dásela tibia con biberón (los hay de vidrio, a propósito, sólo hay que buscarlos). 

Busca por internet la sopajaramillo, o llama por teléfono a este Señor Doctor que tanto ha contribuido a la salud y la ciencia.